Director: Alexandre de La Patellière, Mathieu Delaporte
Guión: Alexandre de La Patellière, Mathieu Delaporte
Música: Jérôme Rebotier
Fotografía: David Ungaro
Reparto: Patrick Bruel, Valérie Benguigui, Charles Berling, Guillaume de Tonquedec, Judith El Zein, Françoise Fabian
Duración: 109 min
Año: 2012
Vincent, un hombre de unos 40 años está esperando su primer hijo. Su hermana Élizabeth y su marido Pierre, junto con su amigo de la infancia Claude, le han invitado a cenar. Mientras esperan la llegada de su mujer, Anna, comienzan a hablar sobre la paternidad y de cómo se va a llamar su futuro bebé. Y es ahí cuando comienza el caos.
Mi amiga Rebeca llevaba mucho tiempo insistiendo en que viéramos esta película, porque sabía que me iba a encantar.
El conflicto de “Le prénom” o “el nombre” comienza con la próxima paternidad de Vincent y con un pequeño juego para averiguar cuál va a ser el nombre de su hijo. Lo que en un principio es algo divertido, acaba provocando una discusión tras otra por EL NOMBRE que le va a poner. A partir de ese momento se desvelan opiniones ocultas, secretos y reproches que tenían guardados. Al verla no se puede evitar pensar en esas reuniones familiares donde se palpan momentos de tensión en el ambiente o casi siempre hay discusiones. Donde cualquier mínimo gesto o comentario hace estallar la chispa que lleva a uno o varios enfrentamientos.
La película refleja cómo con algo simple como es un nombre se puede sacar el lado oculto de una familia.
“El nombre” es de estilo teatral donde prácticamente todo ocurre en la casa donde se celebra la cena. Y por ello, habrá mucha gente que no le gustará y se le hará hasta incluso “pesada”. Pero quiénes les guste este tipo de cine, la película les parecerá ingeniosa, divertida y con unos personajes muy bien definidos.
Los actores están estupendos, con una gran capacidad expresiva e interpretativa, pasando con efectividad de drama a comedia rápidamente. Sus personajes tienen personalidades tan diferentes que es una delicia verlos a todos en una misma sala durante las casi 2 horas que dura la película. Cada uno, gracias a la historia, tiene su momento de ser el foco de atención. El guión es una maravilla, muy completo, que seguro que os saca alguna carcajada. Sus diálogos son inteligentes, con puntos de humor absurdo, ironías...
Si algún “pero” se le puede poner a esta película es el comienzo y algunos momentos que se salen del estilo teatral. La sensación que producen es que son innecesarias. La historia se puede contar perfectamente sin esas imágenes que pueden considerarse de recurso. Es verdad que es formato audiovisual, pero no son tan recurrentes como para que queden bien integradas.
Técnicamente no se puede destacar nada, está simplemente correcta.
He leído que se parece a “Un dios salvaje”, y sí, pero sólo en cuanto a estilo, la situación que plantea y el modo en que se lleva a cabo. Sin embargo las historias son diferentes.
· Lo mejor: El guión y las interpretaciones.
· Lo peor: “Las imágenes de recurso”
Puntuación: 8,5/10
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